El cambio de hora al horario de invierno en 2025 está en primer plano no sólo como una cuestión práctica, sino también como un fenómeno lleno de interés histórico y consecuencias inesperadas. En la zona protegida de Europa Central, cambiar del horario de verano (CEST, UTC+2) al horario de Europa Central (CET, UTC+1) significa retrasar los relojes una hora, generalmente el domingo por la mañana. La transición al horario de invierno 2025 nos espera el 26 de octubre durante CQ Concurso WW DX.
La razón principal de esta medida es aprovechar mejor la luz del día en los hermosos meses de otoño e invierno: las mañanas son más largas, las tardes llegan más temprano y, según las ideas originales, esto podría ahorrar en iluminación. Sin embargo, cada vez aparecen más investigaciones que cuestionan la eficacia misma de este cambio. Por ejemplo, un estudio de 2008 encontró que el uso de energía en un estado incluso aumentó en un 1% después de que se implementó el cambio de horario en lugar de disminuir.
Las curiosidades incluyen el hecho de que:

El término "horario de verano" es correcto, es decir, sin la "s" ("ahorro"), aunque a menudo se utiliza coloquialmente la variante incorrecta "ahorro".
La creencia de que el cambio de hora se introdujo gracias a los agricultores es un mito: de hecho, los agricultores fueron algunos de los mayores opositores a la medida, ya que el cambio de hora interrumpió sus rutinas de trabajo matutinas y nocturnas.
La primera implementación conocida del horario de verano fue el 1 de julio de 1908, en Thunder Bay (entonces Port Arthur) en Canadá, décadas antes de la implementación masiva de la Primera Guerra Mundial.
Para 2025, cuando se retrase la hora, ganaremos una hora extra por la noche, lo que en muchos municipios significa menos luz por la mañana, especialmente para los madrugadores. El cuerpo tiene que adaptarse al cambio: los cambios pueden afectar el sueño, los tiempos de reacción y, en algunos casos, incluso la salud.

Para los radioaficionados, la transición al horario de invierno supone algo más que un simple cambio de hora: también cambia la naturaleza de las condiciones en las bandas. Con la llegada de los crepúsculos más tempranos, se está alargando el período en el que las frecuencias más bajas, especialmente las bandas de 160 my 80 m, son extremadamente utilizables para conexiones de larga distancia. La propagación de la señal nocturna mejora, la ionosfera es más estable y el funcionamiento DX adquiere una nueva dimensión. Por el contrario, las zonas diurnas como las de 10 mo 6 m se vuelven menos activas a medida que el día se acorta. Para muchos, el invierno significa volver a los "cables largos", experimentar con antenas bajas e intentar establecer contactos en condiciones difíciles.
Si decide aprovechar este momento para ajustar su régimen (por ejemplo, posponer el levantarse o acostarse por la noche entre 10 y 15 minutos), podrá aliviar las molestias temporales. El cambio al horario invernal es un ritual anual que, si bien tiene lógica, también tiene lados oscuros, no sólo desde el punto de vista fisiológico o energético, sino también desde el punto de vista social. Por tanto, esta sencillez de "adelantar el reloj una hora" no puede descuidar las conexiones que hay detrás de tu rutina diaria.
